TODoS@CICESE
CICESE investiga los procesos implicados en el ciclo del agua - Escorrentía y percolación |
Escrito por Adriana Castillo Blancarte on Miércoles, 03 de Octubre de 2012 19:03 |
Página 4 de 10
Escorrentía y percolación
Una parte del agua que llega a la superficie terrestre por precipitación o lluvia será aprovechada por los seres vivos; otra escurrirá por el terreno hasta llegar a un río, un lago o el océano. A este fenómeno se le conoce como escorrentía. Otro poco del agua se filtrará a través del suelo, formando capas de agua subterránea. Este proceso es la percolación. Más tarde o más temprano, toda esta agua volverá nuevamente a la atmósfera, debido principalmente a la evaporación.
![]() ![]() Al evaporarse, el agua deja atrás todos los elementos que la contaminan o la hacen no apta para beber (sales minerales, químicos, desechos, contaminantes, etc.). Por eso el ciclo del agua nos entrega un elemento puro. Pero hay otro proceso que también purifica el agua, y es parte del ciclo: la transpiración de las plantas.
Las raíces de las plantas absorben el agua, la cual se desplaza hacia arriba a través de los tallos o troncos, movilizando consigo a los elementos que necesita la planta para nutrirse. Al llegar a las hojas y flores, se evapora hacia el aire en forma de vapor de agua. Este fenómeno es la transpiración.
![]() Conectando ciclo del agua con ciclo del carbono
El Dr. Rodrigo Vargas Ramos, investigador del Departamento de Biología de la Conservación, se interesa en el estudio de ecología de ecosistemas, por lo que enfoca sus esfuerzos en las entradas y salidas de masas de energía que fluyen en ellos. El agua, por tanto, es muy importante para el transporte dentro de los ecosistemas. Masas de agua que entran y salen son constantes y marcan los pulsos de vida presentes en ellos. Los científicos estiman esas entradas y salidas de elementos como el agua, en milímetros por metro cuadrado o por hectárea en alguna unidad de tiempo (días, meses, años).
![]() Por otro lado la energía también es muy importante para el agua y para los ecosistemas, porque al calentarse con los rayos solares, el agua se evapora, y la energía necesaria para realizar el cambio de fase del agua (de líquido a gas) se mide en watts. El calor latente es justo ese consumo de energía que hace que el agua cambie de una forma a otra; es decir, que pueda pasar de líquida a gas, transformación que tiene un costo energético. De esta manera se cumple una máxima: la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma; frase de Lavoisier, que en realidad es la Ley de la Conservación de la Materia. Es así como la energía entrante que proviene del sol, se va a transformar y produce la evapotranspiración. Parecería magia, pero las plantas son esos bellos y apacibles seres que hacen posible la existencia de esta parte fundamental del ciclo del agua.
![]() La atmósfera también pierde agua por condensación (rocío o escarcha) que pasan según el caso al terreno, a la superficie del mar o a la banquisa (hielo marino flotante). En el caso de la lluvia, la nieve y el granizo (cuando las gotas de agua de la lluvia se congelan en el aire), la gravedad determina la caída; mientras que en el rocío y la escarcha el cambio de estado se produce directamente sobre las superficies que cubren al encontrarse a una temperatura más fría.
|